2 horas y media, 214 kilómetros después llegamos a nuestro destino… PESCARA, no lo sabemos, pero nos espera un gran puente, muchas situaciones especiales. Nada más llegar nos damos cuenta, era una ciudad pequeña, nada parecida a lo que hemos visto, en Roma, una ciudad marítima, si! Por primera vez vemos el mar adriático. Una ciudad especial, con un río que dividía la ciudad en dos.
La visita no sólo tiene de especial la ciudad en sí, también lo que vamos a vivir. Las bodas de plata de una amiga italiana, una buena amiga que lo dio todo por ayudarnos en los peores momentos, nuestra primera familia italiana.
Ángela, Paolo, Ilaria, Mariangela, Elena y yo preparados para la gran celebración.
El frio, la fiebre y el constipado no pueden con nosotras, un puente mágico, con muchas sorpresas. Su familia nos hace sentir que formamos parte de ella, probamos la comida típica de Pescara, los dulces, y como no, tenemos sesión de compras…
El frio, la fiebre y el constipado no pueden con nosotras, un puente mágico, con muchas sorpresas. Su familia nos hace sentir que formamos parte de ella, probamos la comida típica de Pescara, los dulces, y como no, tenemos sesión de compras…
La ceremonia de las bodas de plata es muy especial, porque se trata de algo que no forma parte de lo que pensamos que es el Erasmus, algo realmente muy personal, familiar e íntimo, y que tenemos la gran suerte de vivir.
La vuelta es dura, en dos meses no hemos visto a nuestras familias y este puente nos ha dado un poco de ese cariño que necesitamos, porque el cariño de amigos sobra, estamos siempre juntos y somos una gran familia, pero el cariño de nuestras madres y padres se echa en falta.
LORENA
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